Abandonad toda esperanza

jueves, 31 de mayo de 2007

Vampirella: El eterno erotismo

Ya recomendamos encarecidamente aquí los tres volúmenes que Norma Editorial editó de la Vampirella clásica de Warren, una obra que bajo el subtítulo de Las Crónicas Carmesí aglutina a algunos de los mejores guionistas y dibujantes, incluyendo a su creador Forrest J. Ackerman y al magnífico ilustrador español Pepe González, que trabajaron en historias protagonizadas por la última hija del planeta Drakulon.



Este personaje, icono de la cultura popular en su vertiente más sexy, y mezcla del Superman de DC Comics y el Drácula literario y cinematográfico que todos conocemos, sigue vivo hoy en día. Por ello hemos recuperado las dos obras que Norma editara con anterioridad.



Por un lado, Vampirella: Especial recoge seis historias de diversos autores, publicadas originariamente entre 1976 y 1999: en "Dos tan distintos", el guionista James Robinson y el dibujante Ray Lago, que hace gala de un magnífico trabajo con la acuarela, enfrentan de nuevo a Vampirella y al conde transilvano; "Ansia de vivir", quizá el relato más decepcionante del volumen, está escrito por Ty Templeton y dibujado por un efectivo Bruce Timm.



Más interesante resulta "El Jinete sin Cabeza de la víspera de Todos los Santos", única historia en blanco y negro del álbum, con un Pepe González espectacular: el guionista Bill Dubay ambienta en el Sleepy Hollow de Washington Irving una misteriosa historia con un final más propio del género negro que del terrorífico.



También hay espacio para la intertextualidad: "En busca del Sr. Goodwin" es un divertido homenaje, también en clave noir, al veterano guionista Archie Goodwin, de la mano de los autores de El largo Halloween y Dark victory, aplaudidas historias de Batman: Jeph Loeb y Tim Sale.



Completan el volumen "Santuario", historia de Christopher Priest sin diálogos, donde brillan los lápices de Alan Davis y el entintado de su habitual colaborador Mark Farmer; y "El juego de sangre", acercamiento de Grant Morrison al mito de Vampirella, en una historia lésbica con dibujos de Michael Bair y entintado de Kevin Nowlan.



Más contemporánea resulta la miniserie de cuatro números Vampirella: Nowheresville, escrita por Mark Millar y con espectaculares ilustraciones de Mike Mayhew, y que Norma publicó en un solo volumen.

El guionista de The Authority y The Ultimates construye una historia tópica pero efectiva: Vampirella llega a Nowheresville, una comunidad donde todos sus habitantes son vampiros... pero que, como ella, intentan vivir de forma civilizada y en paz al margen de los humanos. Pero esto es algo que el ejército norteamericano no está dispuesto a aceptar de buenas a primeras...



Esta historia de Vampirella es un tebeo puramente pulp, y no intenta disimular que el atractivo de su protagonista es la principal razón de ser, mostrándola en todas las posturas posibles y en el centro de una historia de terror y violencia gratuita no muy lejana de a las que Garth Ennis nos tiene acostumbrados.



Dos cómics interesantes, pues, que sin ser nada del otro mundo satisfarán a los amantes de las pin ups en viñetas y también a los que gocen con el arte de dibujantes de tan diversos estilos como Mayhew, Davis, Sale, Timm o el veterano González.


Título: Vampirella: Especial
Autores: Varios (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: octubre de 2000
Color y b/n – 850 ptas. / 5,50 €


Título: Vampirella: Nowheresville
Autores: Mark Millar (guión) / Mike Mayhew (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: noviembre de 2004
72 páginas (color) - 9 €


[Imágenes: Vampirella por, entre otros, Bruce Timm, Ray Lago, Alan Davis, Mike Mayhew, J. Scott Campbell.]

Amir Valle, Premio Novelpol 2007

Santuario de sombras, espléndida novela del escritor cubano Amir Valle, ha resultado ser la ganadora del Premio Novelpol 2007, galardón que concede la lista de correo de la Asociación Cultural Novelpol, formada por escritores, críticos y lectores especializados en el género negro, a la mejor novela del género publicada el año anterior.



La novela, que recomendamos encarecidamente aquí, y que edita Almuzara, denuncia el tráfico de personas entre Cuba y Miami, en un caso policial de protagonismo coral y donde brilla el estilo literario, a la vez seco y lírico, del autor de Si Cristo te desnuda y Entre el miedo y las sombras.



Una lectura que desde aquí recomendamos de nuevo. Y esperamos que Valle nos entregue pronto una nueva narración, esté protagonizada o no por su emblemático Alain Bec.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Ciudadano Can: Servidumbre humana

Es motivo de alegría que, de nuevo de la mano de Norma Editorial, se reedite estos días el primer volumen de Ciudadano Can, la exitosa tira cómica de Mark O’Hare.



Esta otra, titulada Citizen Dog en su idioma original, presenta las desventuras de un individuo llamado Mel y de su perro, que responde al nombre de Fergus. Creados por O’Hare después de trabajar en el célebre El Show de Ren y Stimpy, alrededor de sus figuras se mueven algunos personajes secundarios habituales, como el gato Zarpas, el perro Arlo, o esa amplia nómina de carteros y scout girls que se convierten en encarnizados enemigos del animal protagonista.



El humor de Ciudadano Can radica principalmente en la relación entre ambos personajes, en especial en Fergus y su comportamiento tan humano, que le lleva (y con él al lector), en ocasiones, a preguntarse o preguntarnos quién de los dos es el verdadero amo y quién la mascota.



Una vez disfrutado el volumen, es comprensible el gran éxito de esta tira desde que arrancara en el ya lejano 1995. Con un humor más cercano al cinismo del Garfield de Jim Davis que al candor naif de Peanuts de Charlie Schultz, y con algunos toques (como las fabulaciones de sus protagonistas) que recuerdan a Calvin & Hobbes de Bill Watterson, los personajes de O’Hare se ganan pronto el cariño del lector, y protagonizan algunos momentos verdaderamente desternillantes.



En definitiva: un cómic que merece más atención de la que tuvo en un primer momento, y que supone una adquisición imprescindible para los amantes de las tiras cómicas.


Título: Ciudadano Can (vol. 1)
Autor: Mark O’Hare (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: abril de 2007 [reedición]
128 páginas (b/n) - 11 €

La mal entendida modernidad de vampiros y hombres lobo

Cuánto daño ha hecho Anne Rice al género del terror. O mejor, cuánto daño le ha hecho el éxito de Anne Rice y sus múltiples seguidores, que han convertido a los monstruos de antaño (en su caso vampiros, pero nos vale también para hombres lobo y otras criaturas del averno) en caricaturas de lo moderno, en rebeldes antisistema de pacotilla con apariencia cool que apenas logran ser un ápice de lo fascinantes que pretenden.



Así ocurre con dos cintas recientes, que revisitan a su manera el mito de los vampiros y los hombres lobo, y que han recibido (inexplicablemente para el que esto suscribe) algunas buenas críticas en festivales especializados y webs temáticas.



Frostbiten es una producción sueca, firmada por Anders Banke, que pudo verse en el pasado Sitges, y que ahora se ha estrenado aquí directamente en formato doméstico... con el subtítulo de 30 días de noche, aprovechándose descaradamente de la novela gráfica homónima (que, por cierto, pronto tendrá adaptación oficial de la mano del realizador de Hard candy), por si algún incauto se confunde y se ganan un alquiler.



Como en la exitosa novela gráfica de Steve Niles y Ben Templesmith, aquí se aprovecha la idea de ese mes entero sin luz solar para que los vampiros campen a sus anchas; y se añade un sentido del humor que pretende (como en la también decepcionante, aunque no tanto como esta, Dog soldiers) diferenciar el producto del resto, aunque solo lo consigue al salir perdiendo en la comparación.



Porque Frostbiten es aburrida. Y en algunos momentos hasta ridícula. Solo algunos apuntes humorísticos consiguen recuperar la atención del espectador... aunque no durante mucho tiempo.



Mucho peor todavía es Blood and chocolate, que se estrenará en España este viernes con el título de La marca del lobo. Dirigida por Katja von Garnier, es una coproducción entre Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Rumanía (ahí es nada) que se anuncia como un film de los productores de la efectiva Underworld. Esto último nos hace pensar que por lo menos se evitarán los juicios por plagio, porque el film es un calco de aquel, cambiando a los vampiros por hombres lobo y a los hombres lobo por humanos (suena complicado, pero en realidad es bastante sencillo).



Así pues, estamos ante la enésima variación de Romeo y Julieta, ambientada en una tan bella como falsa Bucarest, con un Romeo humano y una Julieta que es una loup garou, y cuya comunidad de hombres lobo no acepta el enlace porque pone en peligro su integridad.



Así de simple: no encontrarán más que tópicos y tedio en esta producción que no pasa de ser un episodio alargado hasta decir basta de la ya de por sí lamentable Embrujadas.



Así es buena parte del cine de terror comercial que se filma en los últimos tiempos. Menos mal que nos quedan producciones como Wolf Creek o Calvaire para seguir confiando en el género. Eso sí, son cintas que todavía no han llegado a nuestras carteleras.

martes, 29 de mayo de 2007

Nueva web de Liniers

Las tiras de Liniers, editadas aquí por Mondadori, han sido uno de los más gratos descubrimientos de los últimos años para el que esto suscribe.



Por eso no puedo pasar por alto que su autor estrena nueva web: Por Liniers.com. Una auténtica maravilla. Ya están tardando...

El arte del trailer

Un buen amigo del que esto escribe prepara desde hace tiempo una tesis sobre los trailers, esos avances que de una forma u otra tratan de vender un film a su público potencial.

No me cabe duda de que hacer un gran trailer es todo un arte. Pero hasta la fecha no tenía noticia de que se hubiese realizado una proyección de trailers sin propósito comercial. Hasta hoy.



A las 22.00 horas de este martes 29 de mayo se proyecta en los Cines Verdi (calle Bravo Murillo, 28, Madrid), en una sesión única, el Festival de Trailers, una recopilación de cuarenta anuncios de algunas de las películas más memorables de la Historia del Cine, firmadas por Walt Disney, Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Ingmar Bergman, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Tim Burton, por citar tan solo algunos.



La librería Ocho y Medio, especializada en libros de cine, anuncia que la duración total del programa es de unos cien minutos; y que la sesión es gratuita pero con invitación, por lo que se ruega llamar al 915590628 para reservar una.

Una propuesta interesante, desde luego...

[Fotografía 2.ª: Tim Burton.]

Me acuerdo: Historia personal de Francia

Georges Perec es una de las personalidades más fascinantes de las letras francesas del siglo XX. Impulsor del OuLiPo (Seminario de Literatura Potencial) que fundaron Raymond Queneau y François Le Lionnais, y compañero de Italo Calvino y Marcel Duchamp en el mismo, fue capaz de hacer desaparecer la letra E (la más común del idioma galo) en La desaparición, o redactar aquel fresco coral protagonizado por los habitantes de un edificio en La vida: instrucciones de uso.



Me acuerdo era una de sus pocas obras todavía inéditas en castellano, y que a finales del año pasado vio la luz por fin de la mano de Berenice: se trata de una obra muy particular, a medio camino entre la autobiografía y el retrato de una época, compuesto por 480 anotaciones breves que comienzan siempre con Je me souviens ("Me acuerdo").



Perec encontró la inspiración para escribirla en los I remember de Joe Brainard, publicados en los años 70, donde este pintor estadounidense rememoraba al star system del Hollywood de los años 50 o sus vivencias en los locales de ambiente gay de la época.



Por las páginas de Me acuerdo pasan los nombres que marcaron una época: los mitos de la canción francesa, del cine norteamericano, del mejor jazz, de la escena política mundial. Pero también los recuerdos íntimos de Perec: su infancia, su hogar, sus compañeros de clase, las sensaciones y emociones que todos vinculamos de un modo u otro a nuestra juventud.



De esta forma, la obra deviene en una Historia personal y muy sui generis de Francia, y de la memoria colectiva de un país y de sus habitantes. Porque hasta los nombres extranjeros pasan por la percepción que de ellos tenía el pueblo francés, aquí representado en la persona del autor de Las cosas.



Un último apunte: Me acuerdo ha recibido recientemente el Premio al Mejor Libro Traducido de entre todos los publicados durante el año 2006, concedido por el colectivo Banda Aparte, responsable del blog de reseñas literarias La Tormenta en un Vaso, formado por casi sesenta creadores que ejercen la crítica literaria en dicho blog bajo el eslogan "Un buen libro cada día". Esto no es de extrañar, dado el magnífico trabajo de Yolanda Morató, que no solo ha traducido el libro teniendo en cuenta las correspondencias de títulos de obras, sino que ha redactado un magnífico prólogo para contextualizar la obra y unas notas finales que aclaran muchas de las dudas que puedan surgir de su lectura.



Un estupendo libro, pues, imprescindible para fanáticos de Georges Perec, y una buena manera para introducirse en su particular obra.


Me acuerdo
Georges Perec
Córdoba, Berenice, 2006
176 pp. - 15 €


[Fotografías: Georges Perec, Jean Gabin, Johnny Hallyday, Fidel Castro, Juegos prohibidos.]

lunes, 28 de mayo de 2007

La atmósfera inasible

¿Por qué dos películas que cuentan la misma historia, con apenas ligeras variantes, pueden diferir tanto en lo satisfactorio o no de su resultado final? Por lo visto no se debe solo a la elección de los actores u otros factores más obvios, sino a eso tan difícil de conseguir que es una atmósfera apropiada.



Buen ejemplo de ello es lo frustrante que resulta The wicker man, de Neil Labute, en comparación con la película homónima de la que es remake, y que dirigió Robin Hardy en 1973... Una cinta de culto que no hace más que revalorizarse con el paso de los años, y a la que solo puede beneficiar lo decepcionante de esta nueva propuesta.



Protagonizada por Nicolas Cage, la nueva versión de The wicker man vuelve a contar el viaje de un oficial de policía a una misteriosa isla donde se llevan a cabo ceremonias de adoración pagana. En esta ocasión el agente de la ley busca a la hija desaparecida de una antigua amiga suya; pronto descubrirá que no va a contar con la colaboración de los lugareños...



Apenas hay cambios en la historia, algunos tan sugerentes como convertir la sociedad rural en matriarcal, con una estructura parecida a la de las abejas, con su reina y sus zánganos. De ahí el cambio de sexo del líder espiritual: si en el clásico del cine de terror británico nos encontrábamos a un imponente Christopher Lee, aquí es Ellen Burstyn (nominada al Oscar por El exorcista o Réquiem por un sueño, entre otras) quien gobierna con mano férrea el devenir de los ciudadanos de Summerisle.



Esta película lo tenía todo para ser un éxito: una historia interesante, una respetada estrella de Hollywood al frente de un atractivo reparto, un director de prestigio, formado en el teatro y el cine independientes, y técnicos de primera fila. Pero el resultado final es desolador: la fotografía de Paul Sarossy o la partitura de Angelo Badalamenti son magníficas, pero no contribuyen a generar la atmósfera malsana que la película solicitaba; Labute no está tan suelto como en sus producciones más indies; y Cage parece más perdido que la niña que su personaje desea encontrar. Solo hacia el final la historia empieza a interesar, pero ya es demasiado tarde para remontar el vuelo.



Por ello recomendamos recuperar el clásico que protagonizara Edward Woodward en 1973, a poder ser el montaje del director. Es una buena muestra de lo que es una atmósfera conseguida... aunque nadie sepa cómo demonios lo hicieron.

Cu4ttrocento de Norberto Fernández: Más allá del erotismo

Que Norberto Fernández es un autor conocido por sus series de alto contenido erótico para Eros Comix es algo que nadie podrá negar; pero que su talento va más allá y que es capaz de concebir historias de otros géneros queda fuera de toda duda gracias al primer número del segundo año de Cu4ttrocento.



Cu4ttrocento es un proyecto que surge a partir de una idea de Jorge Iván Argiz y de la mano de Dolmen Editorial: una serie de monográficos formados por cuatro historias completas e independientes de un mismo autor, con la única condición de que pertenezcan a cuatro géneros distintos.

Si el primer ciclo constó de tres entregas obra de David Lafuente, Carla Berrocal y Ken Niimura, con esta obra de Norberto Fernández (a la que seguirá el de Daniel Castaño) se abre una segunda temporada a la que auguramos una larga vida.



Ahora bien: las dos primeras historias de este Cu4ttrocento nos han defraudado sobremanera: La risa del pánico, un cómic de terror, no logra la atmósfera requerida por la historia; y The Supercabrón adventures, parodia del género superheroico, tampoco nos parece de demasiado interés.



Pero después el interés de la obra aumenta considerablemente gracias a La anécdota del catapultado, brillante historia de heroic fantasy repleta de capacidad de autoparodia, que nos ha recordado al brillante Ironwood de Bill Willingham (precisamente, un cómic tan explícitamente sexual como las historias que han dado fama a Fernández); y, sobre todo, por Me enamoré de una chica muy rarita, tercera historia del volumen y que justifica por sí sola su adquisición: una love story inquietante y enfermiza, a medio camino entre Tim Burton (a cuyo Eduardo Manostijeras se homenajea en sus páginas) y David Cronenberg, cargada de tristeza y melancolía.



Este Cu4ttrocento se complementa con interesantes extras: una entrevista con el autor, varios bocetos, y Los peligros de la noche, una historia de siete páginas que ya viera la luz hace años en el extinto El Víbora, y que ahora recuperamos felizmente, con un humor canalla que pervive incólume.

Mención aparte merece la portada del álbum, que representa a las cuatro protagonistas femeninas y a sus partenaires masculinos, representados literalmente como muñecos en las manos de aquellas. Una ilustración bellísima y cargada de significado, donde destaca el protagonismo de la chica rarita a la que hacíamos referencia, cuyos rasgos se ocultan tras una máscara antigás.



Como decíamos: un álbum irregular (algo comprensible dada la propia naturaleza de la propuesta), pero que al menos ofrece, y no es poco, la impecable ejecución técnica de Norberto Fernández, y una historia, Me enamoré de una chica muy rarita, absolutamente memorable.


Título: Cu4ttrocento n.º 1 (año 2)
Autor: Norberto Fernández (guión y dibujo)
Editorial: Dolmen
Fecha de edición: mayo de 2007
64 páginas (b/n) - 6 €

domingo, 27 de mayo de 2007

Zodiac: Todos los hombres del Zodíaco

Con esta Zodiac se ha pretendido hacer la Gran Película Americana, dentro de un género que los norteamericanos conocen como nadie: el thriller de suspense. Lo más fascinante del caso, cuando lo normal es que las pretensiones estén muy por encima de los resultados, es que David Fincher lo ha conseguido.



Sin concesiones a la galería, sin reduccionismos ni vasallaje a las convenciones del género, el autor de obras maestras de la talla de Seven y El Club de la Lucha ha hecho un documental imposible, siguiendo los pasos de los periodistas y los policías que investigaron el caso del Asesino del Zodíaco, que mantuvo en vilo a la ciudad de San Francisco durante muchos años, a partir de 1969, y que nunca fue resuelto.



Fincher consigue mantener en vilo al espectador durante más de dos horas y media apasionantes, que recuerdan al cine meticuloso y analista de Sidney Lumet o, sobre todo, Alan J. Pakula (Todos los hombres del Presidente es una de las películas favoritas de Fincher), y que concluyen en un final abierto, fiel a la realidad en la que se basa. Si el espectador está informado del caso y sabe del fracaso de la investigación, la película funciona aún mejor: la historia de la obsesión del policía Dave Toschi y, sobre todo, el periodista dibujante Robert Graysmith (en cuyo libro se basa el film) es la historia de una frustración, de unas vidas corrompidas por un enigma sin resolver. Como reza la frase promocional del film, "hay más de una forma de entregar tu vida a un asesino".



De Zodiac hay que destacar, en primera instancia, a sus actores: un reparto compacto y ajustado, donde sobresalen Jake Gyllenhaal como Graysmith y un Robert Downey Jr. en estado de gracia en el papel del alcohólico y autodestructivo periodista de investigación Paul Avery, sin olvidar a Mark Ruffalo en la piel de Toschi. El plantel de secundarios tampoco tiene desperdicio: Anthony Edwards, Brian Cox, Elias Koteas, Dermot Mulroney, Donal Logue, Philip Baker Hall (como el experto grafólogo que analizaba las misivas encriptadas del Zodíaco), Chloë Sevigny o un espléndido John Carroll Lynch en la piel de Arthur Lee Allen, el principal sospechoso, están todos espléndidos. El film, apropiadamente, muestra a algunos actores (pienso en Koteas, Logue y, sobre todo, Mulroney) convenientemente envejecidos, como no se habían visto antes en un largometraje de Hollywood, subrayando así el tono crepuscular de la historia del Zodíaco.



Pero no cabe duda que Fincher es el rey de la función: lejos del (apropiadísimo) efectismo de sus anteriores trabajos, el cineasta que debutara con Alien 3 filma su último trabajo como los clásicos de Hollywood, de forma austera, dosificando recursos como la cámara lenta, los travellings o los planos cenitales. Gracias a su uso comedido dichos recursos consiguen su propósito, frente al cine que hoy se estila, que más que uso hace abuso de ellos.



Se ha dicho de Zodiac que es un thriller épico. Nada más lejos de la realidad: el film de Fincher es, sí, uno de los más grandes thrillers del siglo XXI, pero uno de los rasgos que lo convierten en memorable es precisamente su antiépica, su frialdad, su rendición absoluta a la historia real de un asesino que nunca fue detenido, un cinéfilo de gatillo fácil que ahora tiene el gran biopic que su obsesión merecía.

sábado, 26 de mayo de 2007

Lunas de papel: El ojo privado

Con este volumen, publicado por Dibbuks, Fermín Solís debuta en el ámbito de la historia larga, en color y en formato europeo; y presenta a un personaje, Cornelius Moon, que muy bien podría ser el protagonista de una serie de entregas.



Al empezar Lunas de papel, Moon se presenta como un ex prestigioso fotógrafo caído en desgracia: el dinero que consiguió con sus libros, especialmente con uno de desnudos que generó gran polémica, fue dilapidado con rapidez, y ahora sobrevive como puede regentando un videoclub de escaso éxito cuya parte alta le sirve de vivienda. Allí pasa sus días ocasionalmente acompañado por Ernie, un anciano casi senil que afirma haber conocido a John Wayne, y que opina que todo el cine posterior a 1970 carece de todo interés.

Como ocurre en muchas historias de cine negro, todo comienza con una llamada... Cornelius Moon es contratado por una mujer que quiere encontrar a una de las chicas que el propio Moon fotografió para su libro de retratos desnudos. Moon acepta el trabajo, sin saber que se meterá en más de un problema por su nuevo empleo de detective privado amateur...



Una vez concluida la lectura de Lunas de papel, hay que señalar que se trata de un cómic negro de lo más ortodoxo, aunque no se haya vendido como tal ni forme parte de una editorial o colección especializadas en el género. En su ortodoxia radica buena parte de sus virtudes y sus carencias: su lectura es entretenida, y Solís consigue atrapar la atención del lector de principio a fin, pero no logra superar las limitaciones genéricas ni sorprender a este en ningún momento.

Más interesante nos parece aquello que apenas se cuenta: el pasado del personaje protagonista. Su faceta de fotógrafo vividor, sus experiencias con el alcohol y la cárcel, que lo llevaron a caer en desgracia, se nos antojan de más relevancia que su ejercicio de investigador freelance, de private eye (nunca mejor dicho, al tratarse de un fotógrafo...).



En cuanto al apartado gráfico, Solís saca provecho de las dimensiones del álbum, y su reconocible estilo configura una narración en viñetas que se pone en todo momento al servicio de la historia que se cuenta.

Así pues, Lunas de papel es un tebeo noir con todas las de la ley. Y no cambiará el género, pero tampoco lo pretende. Solo se trata de entretener al lector y embarcarlo en una aventura, o más bien una desventura, de su personaje principal. Y funciona.


Título: Lunas de papel
Autor: Fermín Solís (guión y dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: abril de 2007
48 páginas (color) - 10 €

viernes, 25 de mayo de 2007

El trailer del viernes: Transformers

Un servidor nunca fue fanático de los muñecos Transformers; tampoco de la serie televisiva de animación que despertó furor en muchos niños españoles en los años 80. Pero sí fue lector habitual de los cómics, que aquí nos llegaron de la mano de Ediciones Forum.

Por tanto, espero con curiosidad el estreno de Transformers, uno de los blockbusters del verano, dirigido por Michael Bay y con un reparto encabezado por Shia LaBeouf (actor de moda del momento, que será el hijo de Indiana Jones en la nueva entrega del personaje) y la sexy Megan Fox, y donde también destacan John Turturro y el veterano Jon Voight.

Podéis ver el trailer en la web oficial del film:

Transformers


Estadísticas